Monday, March 24, 2014

Hasta luego - Los Rodríguez

Hubo una época, entre 1980 y 2000, en la que que España era un ejemplo a seguir para América Latina: una economía exitosa, una democracia establecida, y un país relativamente tolerante con los inmigrantes, principalmente  los que venían de las antiguas colonias. Después, como suele ocurrir, la sociedad española se aburguesó, eligió a dirigentes analfabetas que no eran otra cosa que su reflejo, y, quizá lo más importante de todo, entró al Euro, cuyas fallas de diseño hacen que España sea, junto con otros países del sur de Europa, una ruina económica en la que un crecimiento de 0.3% anual se festeja como evidencia de la salida de la crisis... (el pueblo español, que en los años de bonanza se dedicó a estudiar periodismo y fundar ONGs, y por lo tanto no tiene mecanismos de defensa intelectual contra estos timos, festeja complacido)

En la década de los 1990, cuando España era realmente un faro de esperanza, surgieron Los Rodríguez, un grupo de argentinos y españoles que conquistó a las dos orillas del Atlántico con la notable excepción de México, donde nunca se llegaron a presentar en vivo. En alguna ocasión, Andrés Calamaro dijo que la falta de éxito de Los Rodríguez en México se debió a un tema de promotores; supongo que en parte es cierto, pero en realidad, México estaba, como suele ocurrir casi siempre, viéndose el ombligo y viviendo su propio movimiento musical aparte de América Latina con bandas como Molotov, Café Tacvba, Control Machete, entre muchos otros, que dejaban muy poco espacio a bandas extranjeras con dos excepciones: Héroes del Silencio, que  tenía un guitarrista mexicano, y La Ley, cuyos miembros viven, a la fecha, todos en México. México abriría completamente sus puertas a bandas de otros países con el primer Vive Latino de 1998, pero para entonces Los Rodríguez ya habían desaparecido y Andrés Calamaro estaba en un proceso de introspección, pero eso es otra historia.

Los Rodríguez pegaron con tubo porque la combinación de españoles y argentinos no se limitó a homenajear los ritmos tipicos de los dos países de origen de sus miembros, sino a incorporar a su repertorio ritmos de otros países de Hispanoamérica, una canción de José Feliciano, baladitas pop, y rocks ligeros y frescos.

Hasta luego es un disco que vale mucho la pena tanto para los coleccionistas como para los no iniciados.


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