Saturday, September 14, 2013

Tres culturas - Eduardo Paniagua

En mi primer post sobre música sefardí me lamenté sobre la falta de interés que genera en España esta cultura y la época medieval en general. La mayoría de las producciones musicales que he conseguido son producidas en Francia y, en menor medida, en el resto de Europa y Estados Unidos, que son los únicos lugares en el mundo en los que la gente se ha hecho a la idea de la existencia de los judíos. En España, donde la gente no se ha hecho a la idea a la existencia del país mismo, están a años luz de aceptar a los judíos como parte de su historia y de su presente.

Por suerte, siempre hay algún atisbo de esperanza. Eduardo Paniagua es un arquitecto, músico, y emprendedor que lleva por lo menos 30 años intentando rescatar y masificar el legado cultural de la España municipal. Como siempre ocurre en los países ibéricos y en sus antiguas colonias americanas, el cainismo ha empujado a Paniagua a buscar éxito y fortuna fuera de su país. Hasta la creación de su propio sello discográfico, Pneuma, la mayoría de los discos de Paniagua habían sido producidos en Francia.

Tres Culturas es un gran disco. Como su nombre lo indica, el objetivo es presentar música de las tres culturas que estuvieron presentes en España durante la Edad Media: la cristiana, la judía, y la medieval. Las primeras 5 canciones son sefarditas e incluyen la famosa "Ya viene el cativo". Las siguientes 10 piezas son composiciones para el Camino de Santiago compuestas por Teobaldo I de Navarra, Alfonso X el Sabio, y composiciones autores anónimos recopilados en el Códice Calixtino. Finalmente, las últimas 3 canciones son musulmanas.

Más allá de una excelente interpretación y producción, Tres Culturas vale mucho la pena porque nos recuerda cómo un país tan pequeño como España fue, y lo seguirá siendo mientras exista, tremendamente diverso. Es difícil creer que los laúdes del desierto y las gaitas de los climas lluviosos puedan coexistir en un mismo país, y quizá esa sea la tragedia: quizá las gaitas y los laúdes no pueden convivir y es necesario levantar una frontera entre ambos... Los españoles tienen la última palabra.

El libro que acompaña el CD incluye una contextualización del disco, de la cual se extraen los siguientes fragmentos:

***

'Mientras cantaba, no fueron las cuerdas del laúd,sino mi corazón lo que hería con el plectro.Jamás se borrará en mi memoria aquel día..."Ibn Hazm, 'El collar de la Paloma', s. XI
 Una visiíon completa de la rica realidad multicultural y multirracial de la península ibérica exige el conocimiento de las diferentes corrientes musicales coincidentes en el tiempo, compartiendo el espacio de la España postvisigoda. Por un lado, dividida en varios reinos cristianos: primero el reino Astur-Leonés, y posteriormente Galicia, Portugal, Castilla y León, Navarra, Aragón y Cataluña. Y por otro lado, Al-Andalus islámico, subdividido a su vez en decenas de reinos diferentes en la época de los Taifas del siglo XI.
Una visión sintética y global de la música de la España medieval ha de tener en cuenta estos pueblos que, si bien en el aspecto político, religioso y filosófico mantuvieron criterios diferentes, en el aspecto cultural y, especialmente en algo intangible como es el mundo de la música, tuvieron una extraordinaria interrelación.
Ello no impidió que en las tres bandas existieran autoridades que, según el talante de la época, exaltaran o prohibieran la música, elogiando o censurando a músicos y poetas.
La España Medieval
 La Edad Media jugó un papel definitivo en la formación de España. Durante esta época la Península fue el lugar donde convivieron, pacíficamente unas veces, en fuerte confrontación otras, personas que practicaban las tres grandes religiones monoteístas: Judíos, Moros y Cristianos.
Las religiones cristiana y hebrea se asientan simultáneamente con la primera evangelización y la diáspora judía antes del siglo IV. La entrada de la religión islámica tiene por fecha el año 711. Es entonces cuando comienza la pugna entre las hegemonías políticas: la islámica dominante hasta el siglo XI, y la de los pequeños reinos cristianos: Castilla y León, Navarra, Aragón y Portugal, que no tomarán preeminencia hasta la segunda mitad del siglo XIII, con las conquistas de Valencia, Murcia y casi toda Andalucía. 
El elemento hebreo se instala con mayor o menor fortuna en uno y otro lado de la frontera entre musulmanes y cristianos. Integrados inicialmente en tierra islámica, a partir del siglo XII con el rigorismo almohade, los judíos toman un frágil equilibrio en las tierras de cristianos con la protección de los reyes, siendo la ciudad de Toledo el modelo de convivencia entre los miembros de las tres religiones. 
La práctica musical
La cultura y en especial la música es practicada indistintamente por las diferentes clases sociales de los tres pueblos. Según la idiosincracia de las costumbres se pueden distinguir elementos específicos en la música religioso-litúrgica de cada una de las comunidades de creyentes.
Más cercanas entre sí están las músicas cortesanas y populares, que se ejercen mutua influencia, según sea dominante o recesiva la potencia cultural de cada lugar.
Se puede trazar una malla de espacios que albergaron la música con los elementos propios de cada sociedad, entremezclando los conceptos: religioso, cortesano y popular, con judíos, moros y cristianos.
Así se pueden diferenciar:
Sinagoga/Palacio/Patio/Sefardí/Judío converso
Mezquita/Alcázar/Jardín/Muladí/Mudéjar/Morisco 
Iglesia/Castillo/Plaza/Mozárabe/Franco (Europeo)

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