Con los discos La Barranca me pasa como a la serpiente cuando come: me tardo en digerir. Con la excepción de El Fuego de la Noche y Rueda de los Tiempos, todos sus discos me parecieron malos al inicio, sólo para terminar convertido en fan recalcitrante. Los tiempos de digestión han variado en función del disco. A Tempestad lo acepté relativamente rápido, apenas dos meses después de su lanzamiento. Denzura me empezó a gustar hace unas semanas, 8 años después de su lanzamiento…
Piedad Ciudad no me ha gustado de entrada, aunque, conociéndome, nada descarta que en un tiempo no deje de escucharlo. Este disco es, sin duda, el más estridente de todos los que ha sacado La Barranca. Lejos están las combinaciones y experimentos melódicos de Tempestad y Denzura. Piedad Ciudad es rock de guitarras distorsionadas y baterías rudas; no hay canciones que le den un descanso al escucha como “La fuga de Rubén” en Rueda de los Tiempos, o “Mezcal” en El Fuego de la Noche. Piedad Ciudad empieza a 100 y termina a 100 (con algunos intervalos a 150). No obstante, Piedad Ciudad es también extremadamente ambiciosos en términos de sus arreglos musicales. Hay canciones acompañadas por cello, viola, violín, violín eléctrico, oboe, trombón, o clarinete (cortesía de Steven Brown de Nine Rain). En algunas canciones como “La lengua del alma” o “Viento rojo” hay 5 músicos sobre el escenario más la voz del buen José Manuel Aguilera.
Como varios de los discos de La Barranca, Piedad Ciudad es temático. El Fuego de la Noche sudaba un ambiente a rancho del Bajío (fue concebido en Guadalajara); Tempestad olía a mar; Denzura era etéreo. Piedad Ciudad, como su nombre lo indica, está dedicado a la urbe, sobre todo al Distrito Federal (quizá eso explica su estridencia), y a la violencia, tema que ha marcado los últimos 5 años de la vida nacional en México.
Al respecto, cabe hacer un comentario sobre “Jamás debí volver”, canción con título de José Alfredo Jiménez, retórica perredista, y guitarras eléctricas. El coro de la canción dice:
En esa foto no se distingue
Si es Pakistán o es una calle de Tijuana
Pudiera ser cualquier ciudad africana
Lo que es cierto es que la zona es totalmente
Desolada
Con estos versos La Barranca se ganó el derecho a afiliarse a la Unión de Artistas Revolucionarios de México, o algún órgano de intelligentsia similar, ya que cumple los dos requisitos que todo intelectual mexicano comprometido (enemigo de los poderosos, por supuesto) debe tener en el siglo XXI: hablar mal de México y compararlo con un país “subdesarrollado” en términos despectivos, a fin de hacer ver "lo mal que estamos".
Hay una razón adicional por la que La Barranca puede solicitar su membresía en algún sindicato de (h)artistas: Piedad Ciudad fue financiado con dinero público, canalizado a través de CONACULTA. No es la primera vez que La Barranca obtiene los recursos económicos para sus proyectos con dinero más o menos público. Providencia y Construcción fueron financiados por una de las empresas de Raúl Padilla que operan con el mote de “Universidad de Guadalajara.” La Barranca no es tampoco el primer grupo de rock para adultos que se financia con dinero público. Los dos últimos discos de Nine Rain (pronto reseñaré el más reciente) también fueron patrocinados por el FONCA y el CONACULTA.
Cronológicamente, La Barranca ha sacado sus discos con disqueras importantes, disqueras independientes, empresas personales que operan bajo el nombre de un organismo público, y becas del gobierno, en ese orden. No sé si eso sea una involución o una evolución. Lo que sí sé es que es triste que el rock mexicano tenga que vivir de subsidios gubernamentales. Pero la culpa no es de ellos; ni siquiera del gobierno, que, bajo ciertas concepciones de teoría política, tiene que financiar a todos los artistas posibles, incluso a los que tienen una visión contraria a la oficial. La culpa es, como siempre y como en todo, del público.
Mi canción favorita es "Edén", que es en la que Steven Brown toca el clarinete. Pero todavía no está disponible en youtube. Sic transit…
Foto tomada desde el castillo de Chapultepec, julio de 2010
Foto tomada desde el castillo de Chapultepec, julio de 2010
Saludos. Me ha agradado muchísimo mas leer tu post, que el escrito por Hugo García Michel posteado en la página de La Barranca. Que agradable!
ReplyDelete¡Gracias!
ReplyDelete¿Revolucionarios? Hay qué escuchar "Reptil" o "El Alacrán" del primer disco para asumir la postura ideológica y socialmente surrealista que habían tomado las letras de Aguilera, creo que desde Sangre Azteka se escuchan los tintes sociales de la cultura mexicana en cuanto a la imagen política mexicana.
ReplyDeleteY, jeje, me gusta La Barranca desde "Pare de Sufrir" y los empecé a escuchar hace 5 años, cuando tenía 17 años, así que -como opinión muy personal- La Barranca es una banda que cualquiera que la digiera puede escucharla. Saludos! Me gustó tu estilo de escritura :)