Saturday, June 22, 2013

No será la Tierra - Jorge Volpi

En alguna ocasión, Luis González de Alba escribió que dejó de leer a Carlos Fuentes cuando éste, a fin de atraer lectores extranjeros, subió sus notas al pie de página al texto principal.

Jorge Volpi, hijo literario de Fuentes, ha empleado la misma “técnica literaria” desde el inicio de su carrera, y en ese sentido se le adelantó a su papá: no tuvo que esperar a que el mercado mexicano de lectores le quedara chico.

En su “trilogía de la maldad”  Volpi mezcla situaciones de vida de personajes históricos no mexicanos con artículos enciclopédicos un poco por encima del nivel de Wikipedia y los adereza con detalles novelescos. Así, Volpi ganó el Biblioteca Breve con En busca de Klingsor, su primera novela, y durante muchos años fue presentado como el primer escritor mexicano que no se miraba el ombligo al momento de redactar desde tiempos de Alfonso Reyes. El truquito le funcionó… hasta que dejó de funcionarle. La fórmula se le agotó, como suele suceder. En su vida post-escritor, Volpi empezó a hacer política y a vivir del presupuesto, dirigiendo la tele pública y fungiendo como agregado cultural en varias embajadas mexicanas hasta que, emulando de nueva cuenta a Fuentes, escribió un artículo en contra de su jefe, Felipe Calderón.

No voy a decir que No será la tierra es un libro aburrido. A mí me entretuvo, a pesar de haber leído otros libros de Volpi, y creo que a los que no han descubierto a este escritor, la fórmula les puede parecer novedosa. Pero No será la tierra tiene limitaciones considerables: al empezar con la conclusión de la historia, se pierde todo elemento sorpresa, que fue lo único novedoso que Volpi le dio a la literatura mexicana con En busca de Klingsor: la dignificación del thriller policiaco. Para ser un libro que trata sobre tres mujeres (o 5, Volpi nunca deja claro quiénes son las protagonistas), hay demasiada testosterona y muy pocos estrógenos. Volpi podrá argumentar que eso se debe a que el narrador es un personaje masculino, pero como quiera que sea el personaje resulta poco creíble: un periodista que conoce la intimidad de varias personas con las que ha hablado, en el mejor de los casos, tres veces en la vida. 

En breve, No será la Tierra tiene muchos problemas de diseño para que merezca ser tomada en serio, pero es muy largo para que se la pueda considerar una novela ligera. Recomiendo este libro con la mínima aprobatoria.

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